En octubre La Vanguardia publicaba está noticia de que chips implantados en el cerebro de un paciente le devuelven las sensaciones perdidas en una mano.
La intervención, aún experimental y todavía no preparada para aplicarla a gran escala, supone un avance conceptual en la búsqueda de nuevos tratamientos para lesiones medulares. Lo innovador de esta investigación es que en lugar de estimular la señal motora con el objetivo de controlar el movimiento de brazos robóticos se ha intentando recuperar la señal sensorial de las extremidades al cerebro.
Robert Gaunt, bioingeniero y neurocientífico de la la Universidad de Pittsburg platea su objetivo como crear un sistema robótico que pueda mover y sentir igual que un brazo natural. Joan Vidal del Instituto Guttmann señala la microestimulación como el área de investigación más prometedora en este campo.
Dos de los chips se implantaron en el llamado córtex somatosensorial y dos en el córtex motor, cada uno de ellos dotados de decenas de microelectrodos. Si se aplica una pequeña corriente eléctrica se pueden estimular puntos concretos del cerebro del paciente. La señal, en estos momentos, se envía a los electrodos a través de un dispositivo BCI (Interfaz Cerebro-Ordenador). Esta neuroestimulación pretende recuperar la función de las áreas cerebrales que interpretan la sensación del tacto. El paciente percibe la sensación cuando tocan una mano robótica conectada al dispositivo BCI no cuando le tocan la mano.
El artículo en el que está basada esta noticia de prensa es Intracortical microstimulation of human somatosensory córtex (DOI: 10.1126/scitranslmed.aaf8083).